Pedaleando en São Paulo

Desafiar a la hegemonía del coche

São Paulo es, sin lugar a dudas, una de las grandes capitales mundiales del tráfico. Una red de transportes públicos insuficiente y cara, unida a una constante sensación de paranoia e inseguridad hacen de los paulistanos unos adictos al coche. No me extenderé demasiado sobre el tema porque ya lo hice en un post anterior. Además, desafiar la hegemonía del automóvil no sólo encontrará la resistencia de esos millones de conductores diarios, sino  de toda la industria que se mueve a su alrededor: gasolineras, talleres, tiendas de pneumáticos, concesionarios… Cada (tímido) paso que se da hacia una ciudad más sostenible se encuentra con la resistencia de los poderes fácticos. Dos ejemplos simbólicos: la instalación de carriles-bus para mejorar el transporte público (espoleada en gran medida por las manifestaciones de junio) fue contestada por una editorial en el periódico Estadão titulada “La demagogia de la movilidad“, donde se lamentaba la triste suerte de los siete millones de conductores que tenían que dejar libre un carril por el que casi no circulaban autobuses, para acabar defendiendo algo que se podría llamar el “derecho al atasco”. El segundo ejemplo es un titular de otro periódico de gran tirada, la “Folha de São Paulo“, donde se critica la habilitación de carriles para el uso exclusivo de la bicicleta durante los domingos y festivos (la llamada Ciclofaixa de la que hablo más abajo) porque “molestan a las conductores”. Con este panorama las medidas a favor del uso de la bici requieren políticas valientes, algo que no abunda en ningún sitio.

Demasiado caras

Las bicicletas en Brasil son muy caras. Por un lado, las bicicletas importadas tienen que pagar muchos impuestos, una carga fiscal que en ocasiones puede llegar a duplicar el precio de la bicicleta. Por el otro, la producción nacional tampoco puede sacar provecho de la situación, ya que la importación de algunos componentes hace que su coste también sea muy alto. Tanto, que de hecho hay quien dice que las bicicletas producidas en Brasil son las más caras del mundo

Pocos ciclistas urbanos

El hecho de que las bicicletas sean un artículo de lujo, unido a la gran desigualdad social de Brasil, hace que una gran parte de los aficionados a la bici sean los llamados “ciclistas deportivos”. Vestidos como si fueran al espacio y con bicicletas de carbono que pueden llegar a costar fácilmente lo equvalente al salario mínimo durante un par de años, este especimen se ven mucho en el campus de la universidad los fines de semana: llega en coche con un par de bicis en la baca, se pone el disfraz y se dedica a pasear en pequeños grupos por las carreteras asfaltadas y con poco tráfico, imagino que hablando de lo ligeras que son sus llantas, de lo suaves que son sus cambios o de las nuevas zapatillas que se han comprado para pedalear.

Sin contar a los ciclista deportivos, el número de bicicletas no es muy grande considerando el tamaño de la ciudad. Se ven bastantes repartidores, con bicicletas adaptadas para llevar bidones de agua o pizzas, algunos estudiantes en la zona de la universidad y curritos yendo a trabajar. En general, estos ciclistas suelen incumplir todas las normas imaginables: van por la acera, con auriculares, se saltan semáforos, no llevan luces, … Pero bueno, eso no sorprende demasiado, ya que tampoco los coches son muy dados a respetar pasos de peatones ni semáforos. A pesar de ello, resulta llamativo la cantidad de señales que se ven por la ciudad dedicadas exclusivamente a llamar la atención especificamente al ciclista para que respete las normas.

Otro factor que no ayuda es la poca disponibilidad de trenes y metros para transportar la bici. A pesar de que en su publicidad el metro dice que la bicicleta es bienvenida, lo cierto es que sólo permite transportarla a partir de las 20:30 de la tarde durante los días de semana, a partir de las 14:00 los sábados y, ahí sí, todo el día durante el domingo, si bien este último día es el favorito para interrumpir las líneas de metro y realizar obras de mejora y ampliación. En el tren los horarios de fin de semana son los mismos que los del metro, pero durante la semana no se permite llevar bicicletas.

Bike Sampa

Como en otras ciudades del mundo, São Paulo también cuenta con un sistema público de alquiler de bicicletas, Bike Sampa. Funciona bastante bien, con una aplicación de móvil mediante la que se hace la reserva y que además informa de la localización de los puntos de devolución repartidos por la ciudad y del número de bicicletas disponibles en cada uno de ellos. Las bicis se pueden usar entre las seis de la mañana y las diez de la noche y el uso es gratuito durante la primera hora. Se pueden hacer cuantos trayectos se quiera pero dejando pasar quince minutos entre cada uno de ellos. Si uno se excede de la hora, la tarifa es de R$5 (1.60 euros, aproximadamente) por cada hora extra. A pesar de las buenas condiciones, su uso no está demasiado extendido, excepto durante los fines de semana, donde la instauración de la Ciclo Faixa ha despertado al ciclista que cada paulistano lleva dentro.

La Ciclofaixa

La Ciclofaixa es un proyecto iniciado por el ayuntamiento de São Paulo y una empresa aseguradora hace cuatro años y que consiste en separar carriles de las calles para uso exclusivo de la bicicleta durante los domingos y días festivos. El despliegue es espectacular, con 120 kilómetros pedaleables separados por conos, servicio de préstamo de bicicletas gratuito y con empleados repartidos por todo el circuito para reparar averías y controlar el tráfico en los cruces y semáforos. Todo esto durante nueve horas, desde las siete de la mañana a las cuatro de la tarde. Eso sí, el servicio está claramente enfocado (y así se encargan de recordarlo continuamente) al ocio. Aquí no hay la mínima intención de desafiar los privilegios del coche, sólo de animar a la gente a pasear con seguridad. De hecho, uno de sus slogans es “De parque a parque en bicicleta”. Algo parecido ocurre con los carriles-bici de la ciudad, que tienen bastante uso pero también de carácter lúdico,  y que son claramente insuficientes, con sólo 37 kilómetros en toda la ciudad, y cuyo trecho mayor corresponde a una especie de anillo ciclista poco integrado con el resto de la ciudad.

Pero a pesar de todo, se puede

El panorama que he descrito no invita demasiado a la bici, pero la verdad es que pedalear en São Paulo no sólo es posible, sino que puede ser muy gratificante. Los carriles-bici que hay se encuentran en bastante buen estado y es posible programar itinerarios evitando las avenidas con más tráfico. Además, hace unos años se inició un proyecto para mapear las calles más adecuadas para circular con la bicicleta. Aunque el proyecto, hasta donde yo sé, ha caído en el olvido, el primer borrador del mapa es de gran utilidad para buscar rutas con menos tráfico y pendientes suaves. Iniciativas como las que se han comentado, de crear carriles bici temporales y de promover la bicicleta pública, aunque no sean todavía alternativas serias al coche, crean conciencia. El hecho de que los fines de semana tanta gente se anime a pasear en bici pone de manifiesto las ganas de los paulistanos de moverse de otra manera.

Enlaces útiles

Vá de bike: Uno de los blogs más conocidos y respetados de ciclismo urbano, centrado fundamentalmente en São Paulo.

Bicicletada: La Critical Mass de São Paulo. La cita es el último viernes de cada mes a las 18:00 en la Praça do Ciclista, donde se juntan la Avenida Paulista y la rua da Consolação.

Bike Anjo: Servicio gratuito donde ciclistas experientes se ofrecen para dar contigo las primeras pedaladas, quitarte el miedo y darte buenos consejos.

Mapa de tiendas de bicicletas en Sao Paulo

Mapa de carriles-bici + Ciclofaixa

Mapa de rutas recomendadas para ciclistas

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7 Responses to Pedaleando en São Paulo

  1. Hola
    Para buscar un paseo en bicicleta por la ciudad, mirá http://wde.com.br/bike/
    Una lista con casi todos los grupos de Sao Paulo que hacen paseos de noche. Hay texto en español

    Bienvenido a Sao Paulo, que lo pase lindo, un buen paseo

  2. Pingback: Pé no pedal | Atresillando – El blog del Sr. Tresillo

  3. Pingback: Bicicletarios | Atresillando – El blog del Sr. Tresillo

  4. Maca Morovic says:

    Algun dato de donde arrendar bicicletas en sao paulo. Ibirapuera

  5. Pingback: Al trabajo en bici | Atresillando – El blog del Sr. Tresillo

  6. Pingback: Adictos a las bicis: los 10 mejores artículos | Viajes y consejos

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